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| Archivo periódico EL GALLINACERO/ Julio de 2013/Fotografías: ANDRÉS NARANJO. |
Por:
Dánser Zaiyazai
Bogotá D.C.
Quince días en el Distrito Capital de Colombia son más que suficientes para comprender la importancia que tienen los centros comerciales en la vida cotidiana de los Bogotanos y con ellos el uso recreativo que se hace de Cine Colombia. Cuando apenas contaba con seis años de edad comencé a ver por la televisión nacional la serie EL LLANERO SOLITARIO y su leal amigo. Esto me permite inferir que en el contexto de nuestras vidas, casi siempre, estamos desempeñando uno de los dos papeles. Mientras permanecemos inmersos en medio del capitalismo salvaje, una ciudad como ésta se traga entero a cualquier visitante que venga en la búsqueda de oportunidades para salir adelante. La mayoría de habitantes no son "rolos" de nacimiento, han llegado a la capital para realizar un sueño y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, muchos de ellos, a duras penas, sobreviven con el trabajo informal.
Caminar por el norte es maravilloso, siempre y cuando no se tenga el afán convencional que se reservan la mayoría de habitantes de la capital. De ésta manera, uno descubre que las bajas temperaturas son aliadas para el caminante desprevenido y se rompen mitos como la inseguridad en la capital. Aunque fuentes, que son reserva del sumario y fidedignas, afirman que en Colombia casi todos los policías son corruptos. Pese a esto los he encontrado amables y concentrados en sus labores de acompañamiento a la comunidad. Por otra parte, Alma manifiesta que en siete años que lleva viviendo en Bogotá solo ha sido víctima de un atraco, en el cual ella misma le sugirió al ladrón que se llevara su celular para salvar la billetera y éste accedió.
Existen incontables empresas: Pequeñas, medianas y grandes como en ningún lugar del país. Para Carolina, la gente se puede ubicar fácil en empleos de bajo perfil. Sin embargo, se observa que las oportunidades de empleo con calidad y acordes al perfil profesional se supeditan a la tradicional "rosca", utilizada por los colombianos, ya sea en el contexto político o de la amistad desinteresada, es decir, si no tienes por lo menos un amigo que te enganche estás condenado al trabajo informal.
Otra característica es la mediatización del proceso de búsqueda de empleo. En síntesis, de la manera más impersonal, publicas tu hoja de vida en algún portal web y esperas para que los encargados de la selección de personal te contacten a una entrevista o algo por el estilo. Así las cosas, con mi título de comunicador social, recién obtenido, no me quedará más alternativa que poner un puesto de venta de libros a la orilla de una de las ciclo rutas, aprovechando el reciente decreto de la administración Petro que autoriza las ventas informales, y sumarme a la larga fila de trabajadores ambulantes que engalanan estos lugares de la ciudad con: Guantes y gorros; empanadas; tintos y cafés con leche; películas en DVD; refrescos y dulces; minutos a celular, entre un larga lista que no voy a mencionar.
Por otra parte, en Bogotá hay gente amable que te pide favores y te hace favores. El otro día encontré un par de graffiteros que retocaban sus obras maestras cerca del centro. No me saludaron pero estaban concentrados en lo suyo. Así es Bogotá... Está el Transmilenio que acorta distancia en una metrópoli donde resulta necesario adquirir vehículo propio. También, están los alimentadores. Unos sin cobro te llevan hasta la estación más cercana y una vez allí puedes comprar un pasaje desde $1400. De todas maneras lo que hace que Bogotá sea Bogotá es el PALACIO DE NARIÑO y todas las arandelas de LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA con su CONGRESO DE LA REPÚBLICA y todas las EMBAJADAS que hacen del distrito una ciudad cosmopolita. Además, todo aquello que diga: EMPRESA SOCIAL DEL ESTADO y por supuesto, las oligarquías que ayudan a regir los destinos de nuestra paupérrima democracia...Desde aquí, desde algunas otras ciudades capitales y desde el extranjero.
Para que los aburro con lo que la mayoría conoce. Les mostraré algunas imágenes de un breve recorrido por un sector del norte. Se resalta la construcción de parques infantiles en zonas públicas, gratuitos. Ello, debido a una norma que obliga a los urbanizadores para realizar dicho aporte a las comunidades del lugar donde asientan sus obras, que entre otras cosas es la manera como viven la mayoría de habitantes bogotanos: En conjuntos y unidades residenciales cerradas.
Los habitantes de Bogotá son especializados en diferentes temáticas y oficios. Les agradan las mascotas y las cuidan como si fuesen sus hijos. Aquí tienen un buen nicho de mercado las gaseosas y que no falten el pan y el calentado al desayuno. Son personas que no se relacionan con cualquiera y normalmente se desplazan de un punto A hasta un punto B sin interrupciones, es decir, saben para donde van. No son muy bien vistos los piropos de otros lugares del país, ni la espontaneidad ante desconocidas. Cada quien resuelve sus problemas. Cada cual se dirige por su camino.
Son amantes de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Muchos de ellos no disfrutan de las caminatas pero acostumbran patinar, montar en bicicleta y hay unos personajes que emplean la bicicleta como medio de transporte para trayectos cortos.
Faltan palabras para describir la gran capital con su estadio Nemesio Camacho el Campin; el aeropuerto el Dorado; una terminal de transporte donde cobran $2000 por un café y muchos centros es recreativos pero particulares. Otros centros culturales, la red de bibliotecas y los museos. Además, como no mencionar las sedes de grandes medios de comunicación; El Tiempo, El Espectador, Semana, Caracol, RCN, CITY TV, EL Institucional, y ADN, entre otros. Ahí les dejo con el reporte gráfico prometido. Por supuesto, también hay mujeres hermosas.
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